Anda el Diablo Negro del carnaval bailando por las barrios. Y el domingo 13 vuelve al ruedo de visitante en Las Varas. Es que ya no hay más tablón que no conozca, aunque cambie de disfraces. Anda con ropa de fraile franciscano, pero abajo lleva la piel Celeste. Sabe que es cuestión que ruede la bocha y abandoné los hábitos. Sabe que la sangre le convida el vino de Los Habitantes del Infierno. Y que esa bodega está lista para darle vida y alegría. Que lo va a asaltar cada domingo, como este que se viene contra el Granaderos que también arranca su misionera función.
Lleva escondido su Momo, sabiendo que le toca bailar con la más renga. Que va a un carnaval de barrio. Son nueve meses, de tatuajes, de cartones, de apliques en las levitas, gracias al don de la vieja y al amor de alguna hermana. Que no hay dandies, no hay estrellas. Que el micro es a la romana, porque hay que seguir la fiesta. No nos vengan con rezongos de que no hay Messis, Ronaldos o Iniestas. Lo que hay es esta banda… la que aguanta desde ese 14 de febrero de aquellos años que nacimos para murguear donde sea. En las buenas y en las malas.
Traigan los pitos entonces. Que suenen los redoblantes, los tambores y el repique. Si hay música en el Central esa es la de Mitre. Vamos por los milagros del presente retorcido, para pedir al revés que sin guita se haga fuerte el Celeste. Vamos a burlarnos de esa realidad arpía. Ya bastante tenemos con la apagada fe del usurero. ¿Quién le paga intereses a este moroso cuando nos llena la vida de gracias y de emociones?. Venga vida, venga… déjese llevar. ¿No vió que andan los duendes vestidos de elegantes, mimosas y siempre presentes camisetas albicelestes?. Venga que acá está su ADN. De las orillas humildes de nuestro Central Argentino. Venga que anda su esqueleto de "Negrito" buscando ritmos de cancha. Venga a ver a sus mascotas que vienen haciendo escuela. Que ya saben los tres saltos, la matanza y la rumba. Igual que ese piberío, como los chicos de la cantera, que saben de caños, de rabonas y de pisadas. Y que jamas falte purpurina celeste y blanca en el pecho.
Arrímese hasta la cancha, que como usted, como yo, nos gusta el buen fútbol . Sabe que nos aguarda, un año de oración: ¡Hay que estar… vamos a estar! Para que el Diablo se abuene hay que soltarlo y bailar. Y nosotros, esta banda del “delirio y carnaval”, sin dudar ni un solo instante... "Vamos a alentar". De sus diabluras hacernos Juglar y cantar esa vieja copla que dice algo así... "MITRE, MI BUEN AMIGO, ESTA CAMPAÑA VOLVEREMOS A ESTAR CONTIGO".