Ser hincha de Mitre son miles de sensaciones. Mitre es esa primera vez que quedaste maravillado con el Central Argentino. Mitre es tu abuelo, tu viejo, tu tío, tu amigo, un hermano, un pariente, un vecino. Mitre es abrazarse con ese desconocido porque la pelota por fin entró. Mitre es ir domingo a domingo, sin importar resultados, ni actualidad. Eso es Mitre. Eso es lo que nos obliga a seguir sintiéndonos orgullosos de la celeste.
Así como nuestros abuelos y viejos tuvieron que sufrir 21 años sin verlo jugar, a nosotros nos toca capear esta etapa. Ahora, si Mitre estaría último o las cosas no saldrían como uno espera, ¿Cambiaría ese primer gol que gritaste? ¿Cambiaría tu alegría cuando te dieron la primera camiseta? ¿Cambiaría ese abrazo con tu viejo, que quizás hoy ya no esté, porque el Celeste ganó un clásico más? ¿Cambiaría la inmensa popularidad conseguida? ¿Sería una vergüenza ser de Mitre? No, claro que no. Ser de Mitre es lo más lindo que puede pasarte en la vida.
Hay cientos de locos enfermos como vos que sufren, lloran, gritan, insultan, no comen, no duermen, tienen mala cara por horas con solo un partido perdido. Pero esos cientos también comparten la misma pasión. Y está pasión, que ya lleva 61 años (aunque nos haya tocado vivir tan sólo una porción de ese tiempo) no entiende de resultados. Mitre es amor y el amor no está sujeto a cosas tan triviales como una larga racha sin ganar de visitante.
Pero hoy, te pido a vos que sos hincha, a vos que sos enfermo, a vos que sos simpatizante, a vos que sos de Mitre por mandato familiar o que, por el contrario, te revelaste a la orden paterna y elegiste profesar amor eterno al celeste. A vos, sí a vos.
Hoy olvídate de todo. Andá al placard, al cajón, a donde sea que la guardes y agarra bien fuerte tu camiseta. Estrechala contra el pecho, cerrá los ojos y visualizá nuestro potrero, nuestro Teatro de los Sueños repleto. Visualizá a tu viejo llevándote de la mano al estadio, a tu abuelo en una silla escuchando la spica, al Nata, al Popa y al Mosca haciendo una de las suyas. ¿Lo hiciste? Bueno, ahora respira profundo y guarda (o no) tu camiseta.
Sé feliz. Sos de Mitre y pensá que hay miles que no tienen la suerte de amar esta gloriosa celeste. Mi vida sin Mitre se torna vacía. Por todo eso, hoy sólo puedo volver decir:
FELIZ CUMPLEAÑOS MITRE DE MI VIDA, TE AMO ♥