Un poco de historia...

UN POCO DE NUESTRA HISTORIA...

El Club Atlético Bartolomé Mitre vió la luz el 14 de Febrero de 1951 para constituirse en el club del barrio del mismo nombre, antes llamado Central Argentino, a la vera del Ferrocarril de igual denominación.
Este populoso y antiguo barrio de Las Varillas creció en realidad como un pueblo aparte, fundado por el Ingeniero Ravenet, y recién en 1925 se unifica formalmente con su vecino "Varillas" por gestión municipal, aún cuando en la practica siempre estuvieron unidos.
De todos modos conservó desde su inicio características propias que le dieron una identidad que ninguna zona del pueblo tiene.
Queda para otros el escribir la historia del que, con justicia, podemos llamar el pueblo Ravenet. Pero no podemos sino recordar la noche en que se reunieron: Ernesto Bueloni, Eliseo Acosta, Atilio Forno, Juvenal Gaspoz, Primo Moriconi, Ignacio Gesponer, José Damiani, Oscar Giraudo, Cesáreo Torigiani, Roque Ludueña, Alberto Follonier, Octavio Severini, José Parucci, Romualdo Forno, Alcides Villafaña, Waldo Astegiano, José García, Antonio Gonzáles y Porfidio Navarro, para tomar la decisión de fundar el club.
Eligen este nombre por ser el del ferrocarril y por colores los de la bandera nacional, habiendo estado la primera comisión directiva conformada por: Presidente, Eliseo Acosta; Vicepresidente, Romualdo Forno; Secretario, Ernesto Bueloni; Prosecretario, Ignacio Gesponer; Tesorero, Primo Moriconi; Protesorero, José García; Vocales: Waldo Astegiano, José Damiani, Oscar Giraudo y Cesáreo Torigiani; Revisores de Actas: Porfidio Navarro y José Parucci.
Si bien fue un club para practicar fútbol, al poco tiempo se convierte también en el centro de variadas iniciativas y de entretenimiento para esta barrida. Asi comienzan los bailes que con el tiempo se hicieran populares y famosos y que al comienzo, antes de concretar la sede propia, se realizaban en el frontón de la Sociedad española, que hoy ya no existe.
El equipo de primera división debutó en la vecina localidad de Calchín el 8 de abril de 1951, imponiéndose por 3 a 1 y alineando a: Antonio Gonzáles, Octavio Severini y Juvenal Gazpos; Sarmiento, Oviedo y acevedo; Nóbrega, Balduzzi, Follonier, Villafaña y Darriba.
Desde entonces el Club Mitre se ha convertido en un importante factor de unión para ese barrio y ha mantenido una trayectoria deportiva y social importantes y de verdadera transcendencia.
En poco tiempo vieron colmadas sus aspiraciones al inaugurar su sede social propia, frente a la plaza 25 de Mayo, en el corazón mismo del barrio y donde se realizan diferentes eventos deportivos y sociales, de entre los que se destacan las veladas bailables, con el inconfundible estilo de los populares cuartetos.
El Club, desde su fundación ha sido una institución al servicio del deporte y ha participado asiduamente en los campeonatos de fútbol regionales, provinciales y nacionales (Infantil, Tercera y Primera División, y Seniors), logrando interesantes clasificaciones.


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28 de septiembre de 2010

Amandote, Amandote, Amandote

“Algún día verás que me voy a morir amándote, amándote…”. Porque somos portadores de ese ADN, tan glorioso, vital como adictivo. El de la escuela de tantos quijotes futbolísticos, de templarios fundacionales y de  amigos anónimos y atorrantes, que dieron todo, dan todo y seguirán  hasta el instante final…amándote. Porque seguramente llegará ese día en que partiremos livianos de ropa, pero quedará al desnudo el corazón y la sangre celeste, inscriptos en nuestros en piel. Los glóbulos rojos y blancos se harán etéreos, volverán al cosmos y habrá una lluvia de cenizas como luciérnagas bañando el Central Argentino. Lo que no podrán es con nuestras vísceras. Ellas delatan como nada nuestra identidad. Mitre está en nuestras entrañas además del corazón. Y nuestra voz se irá pagando, cuando tenga la certeza que en la edad del cielo, no tronará  el eco del aliento y de los bombos de la “hinchada máxima”, “la ciudad menos algunos”, como nos bautizamos a prueba de hechos.
Y nos iremos en paz, sabiendo que no nos pudieron quebrar ni las envidias, ni los resentimientos, ni los egos. Y que aquellos serpentarios que nos plantaron, todos fueron arrasados por el fuego de esta pasión.
Si de algo moriremos será de amor, no arrojados a los glaciares del olvido. Nosotros no abandonamos. Ni nos enroscamos en la puteada despiadada del maltrato, de quien no cuida lo que ama.
No vamos a desaprovechar la fiesta de los domingos exagerando cada contratiempo. No somos vigilantes, somos gendarmes de un estilo con marca registrada. Somos futboleros, gente de cancha, sanguínea y exigente. Pero conocemos los  límites. El amor al celeste nos pide más y más compromiso. Sabemos de ese hilo delgado que es pasar del amor al odio a la bronca indiscriminada. No nos vamos a permitir caer en el peor de los boicots que es insultar la esperanza. Estamos para edificar la trascendencia de Mitre.
Sin pecar de lirismo ni caer en  pecados de soberbias, vinimos a construir puentes. ¿Cómo?. Haciendo síntesis y resignificando nuestra historia constantemente. La de nuestros próceres del “verde césped” y la de tantos  “Corazones Valientes”. No hay adversidad, capaz de revertir. Hasta ese fantasma “de no salir campeón” que a tantos duele. Son tiempos de grandeza espiritual, de andar unidos, de creer en los creativos. No le hagamos el caldo de cultivo a los que venden con nuestra catátrofe. Ni a tantos otros que miden todo con la vara de los números pero putean cuando los partidos son aburridos. Los que piden poner huevos pero se conmueven cuando aparece un Liti Vera o un Diego Garay. Cuando sentimos como se nos eriza la piel con estas apariciones, como antes fueron el Nata y Pitero Caravanzola, Moncho Darriba, Maneca Salvático, Chaga Fernandez, el Popa Mayorga, Mosca Bonaldi y tantos otros, injustamente no nombrados. Huyamos de los profetas de los miedos que nos hacen ciegos. Hay un mar que se llenó de pecesitos multicolores, cardúmenes que recién están aprendiendo a nadar. La siembra anegó de vida nuestro futuro. Y el futuro es lento pero llega. Defendamos la alegría, de volver a ser.
En este aquelarre de la historia colectiva de Mitre me quedo con los soñadores. Aún arriesgo que me tilden, de fundamentalista del lirismo. No me van a quebrar los pesimistas.
Soy portador de un virus, esa droga con destino refinado y sociable que nació un 14 de febrero de 1951, en los bajíos del humilde barrio “Central Argentino”. Nadie encuentra el antídoto que me cure. Somos muchos en la ciudad. Es por eso que cada mañana, tengo esta sensación,cada día más fuerte que nunca. Me levanté silbando ese himno maravilloso de nuestra hinchada, “Mitre mi buen amigo esta campaña volveremos a estar contigo...”.
Ese es mi lugar. Allí donde nuevas generaciones dicen “siempre vamos estar Celeste" hasta morir. De la mejor manera:  “¡Amándote, amándote, Amándote!”.

3 comentarios:

  1. UHHHH QUE ROBADA QUE PEGAA POR DIOSSS.... LA ULTIMA PARTEE ES LA MEJOR.... Q LINDO ES SER DEL CELESTE POR DIOSSS, CUANDO MIERDA LO VAS A ENTENDERR GORILA, CUANDO PERO CUANDOOOO!!!!!!!!!!!!


    SOY MARTIII!

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  2. Uhhhhhhh, que afanadon que se pega. BUENISIMO!

    Gracias por tanto Celeste de mi vida.

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  3. Te amo Club Atletico Bartolome Mitre ! P A S I O N !

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