Mis
respetos, ante todo. Mi idolatría después. “Merci”, por lo de los Domingos… el
“Moulin Rouge del fútbol se mudó al Central Argentino”. Un espectáculo
incomparable. Y además somos testigos y protagonistas de partidos
emocionantes. A cara de perro.
Usted, mejor que nadie sabe lo lindo que es ver
a Mitre motivado como se lo ve. Háganos la gauchada de que siga así… ¿oui?
Estamos felices porque vemos un Mitre grande, una hinchada al palo que enmudece
a los “visitantes” que se les planten. Que no les permite ni abrir la boca. Partidos
a corazón abierto, de área a área hasta que Mitre se acomoda e inclina la
cancha hacia el arco del rival, hasta maniatarlo.
Hay
que felicitarlo claro, por “poner toda la carne en el asador” en partidos
que más necesidad había de ganar. Y se ganan porque el equipo entiende su
mensaje. Hay que dejar la vida y superar a rivales incómodos, que están donde
están por méritos propios.
Háganos la gauchada Elvio. Usted es inteligente, culto. ¿Qué más
le puedo decir? Si usted es un pedazo grande del corazón de Mitre. ¿O no escuchó
ese cantito que decía: “Y de la mano…”? Usted ya sabe como sigue je.
Sr.
Elvio, hay algo que me gusta, una erótica fragancia que se huele en el Central Argentino… ese
placer tribunero. ¿Quién no desnudó su alma, se sacó la piel y lijó sus cuerdas
vocales, como hacía tiempo no sucedía? Es el Bonus Track de tardes que son una
fiesta por color y calor humano.
Miles de pibes alumbrando “su pertenencia” a la celeste clavada
al corazón. Perplejos, maravillados, desde esa escenografía solo equiparable a
un cielo despejado. Y eso es mérito suyo… porque usted armó este equipo, que Domingo
a Domingo tiene el Moulin Rouge marcado a fuego en la piel del hincha de Mitre.
¡¡¡Sil Vous Plait, Elvio… el show debe continuar!!!
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